Camilo Ibrahim Issa: Acercamiento entre Alemania y China causa suspicacia entre socios europeos
La
reciente reunión entre el canciller
alemán, Olaf Scholz, con el
presidente chino, Xi Jinping, ha
despertado inquietud en muchos de los gobiernos europeos, en momentos que se
desarrolla una confrontación comercial entre Occidente y Oriente, con abiertas
expresiones en algunos casos como las sanciones.
Scholz
se convirtió en el primer líder del G7 en
visitar Pekín desde que apareció la pandemia de Covid-19, y viajó
acompañado con un grupo de empresarios, lo que hace evidente la búsqueda de un
fortalecimiento de la cooperación económica.
"Buscaremos
la cooperación donde sea de nuestro interés mutuo, pero no ignoraremos las
controversias... Cuando viajo a Pekín como canciller, también lo hago como
europeo", dijo Scholz al referirse a este encuentro.
"La
señal que se envía es que queremos extender e intensificar nuestra cooperación
económica. Eso debe cuestionarse", expresó por su parte Felix Banazsak, un
político del Partido
Verde, aliado de la coalición que respalda a Scholz.
Tan
solo hace unos días, la ministra de Relaciones Exteriores del
partido, Annalena Baerbock, recordó precisamente que Scholz llegó al poder con
la promesa de reajustar la estrategia hacia China.
Banazsak,
además, advirtió que hay que aprender de la dependencia de la energía rusa.
"Debemos
hacernos lo más independientes posible de los Estados individuales,
particularmente si estos son Estados que no comparten nuestros valores",
señaló.
Pero
la realidad es que actualmente más de un millón de puestos de trabajo alemanes
dependen de la relación con China,
mientras que en la primera mitad de este año las empresas alemanas invirtieron
en China como
nunca antes.
Además,
por citar un ejemplo, la industria automotriz alemana depende de las materias
primas de China.
Esto
ocurre justo cuando el más alto representante de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep
Borrell, llama a los países occidentales a evitar una mayor dependencia
de China.
"Está
claro que China está
consolidando una nueva era en política exterior y en política interior. Está
llevando a cabo una línea mucho más asertiva", afirmó. Y agregó que
"debemos reducir nuestra dependencia, tenemos que tener en cuenta nuestras
vulnerabilidades", dijo.
Borrell,
a pesar del recelo manifestado por algunos, sostuvo que
la visita del canciller alemán Scholz a China es "normal" entre
países con "fuertes relaciones económicas".
De
hecho, entre 2011 y 2021 el intercambio comercial chino-alemán ha
aumentado en una media anual de 7%.
Con
respecto al resto de Europa, las importaciones
chinas alcanzaron los 472.000 millones de euros en 2021.
Mientras
tanto, las
exportaciones europeas a China también
han registrado un aumento interanual de 6% en los últimos 10 años.
Por
otra parte, la UE han
reportado un continuo déficit comercial con respecto a China, hasta ubicarse en
249.000 millones de euros el año pasado.
De
modo que, así como ha ocurrido con Rusia en materia energética, Europa muestra
una fuerte dependencia comercial con China que será difícil de revertir a
corto plaza, a pesar de la presión de los promotores de poner un freno a la
expansión económica del gigante asiático.