Camilo Ibrahim Issa: Las empresas navieras ahora también toman el cielo
En
las últimas semanas se ha visto cómo empresas reconocidas en el mercado naviero
de la talla de Maersk ahora
incursionan en el mundo del transporte
de carga aéreo.
Recientemente, Maersk adquirió
por 554 millones de dólares a la compañía de aviación Senator.
La
danesa Maersk tiene
previsto poner en marcha en el segundo semestre su propia aerolínea, Maersk Air Cargo, con
15 aviones Boeing.
Ya
antes, CMA-CGM,
la tercera mayor naviera del mundo, con sede en Marsella, anunció que será la
dueña del 9% de Air
France, la aerolínea insignia de la aviación gala.
Esto
quiere decir que las dos compañías contarán con 10 aviones de carga a corto
plazo para el transporte.
El
hecho es que las empresas
navieras parece que resultaron beneficiadas a pesar de los
problemas de suministro tras el surgimiento de la pandemia.
Los fletes se hicieron
más caros por la alta demanda de mercancías, el atasco en los puertos en todo
el mundo y los retrasos en las entregas. Y lo que parece peor es que esto no da
señales de normalizarse pronto con el surgimiento de nuevos inconvenientes como
la guerra en Ucrania, cuyos efectos han alterado todo el comercio mundial e
impuesto un sinnúmero de trabas al intercambio
comercial.
Y
todo lo anterior sin mencionar las consecuencias sobre uno de los aspectos más importantes
para el transporte de mercancías, como es la energía y el peso estratégico que
ahora cobra con los cortes de suministro de gas y petróleo el aumento
internacional de los precios.
De
acuerdo a datos del sector, el transporte
de carga rompió récord de ganancias en 2021 y en el primer
trimestre de 2022 continuó en ascenso.
De
modo que hablamos de un montón de dinero que está entrando a las empresas navieras y
estas buscan la manera de invertir sus excedentes. Y qué mejor manera que
ampliar sus operaciones, abarcar más en sus propios negocios y no solo
conformarse con el transporte
de carga por mar, sino expandirse al mercado del transporte en los cielos.
Las navieras ahora
están comprando terminales ferroviarias y empresas de camiones, pero, además,
están adquiriendo aviones y aerolíneas.
En
consonancia con lo expuesto anteriormente, la aerolínea alemana Lufthansa ha lanzado
una oferta por ITA,
la firma surgida luego del fin de Alitalia,
lo que supondría que esta quedaría en poder de otra de las compañías dueñas de
barcos portacontenedores y transporte
naviero.
Las
gigantes de carga por
mar vienen apuntando a servicios alternativos a sus contenedores también con el
propósito de evitar los retrasos y los costos que representan a sus operaciones
en los puertos claves de China y Estados Unidos, así como las ya recurrentes
crisis propiciadas por los camioneros en Europa.
Las navieras tienen dinero y, aunque signifique una inversión fuerte y multimillonaria, al final calculan que la compra de aviones y aerolíneas se traducirá en ahorro de gastos y llevar carga también por aire se traducirá en mayores ganancias.